VIAJE EXPRÉS A TU INFANCIA

UN EJERCICIO PRÁCTICO GRATUITO PARA COMENZAR A LIBERAR EMOCIONES

Ester López Urbano

¿Te gustaría volver atrás en el tiempo y liberar aquellas emociones que te hicieron daño en tu infancia?

En este ejercicio mi voz te guiará hacia tu subconsciente para liberar aquellas emociones que necesitas soltar.

.

*Recuerda guardar la dirección de email ester@esterlopezurbano.com para que los correos no te lleguen a la bandeja de spam.

Muchas personas creen que lo que han vivido y sufrido en su infancia no influye en sus vidas adultas.

SE EQUIVOCAN Y MUCHO

ES ABSURDO PENSAR QUE PUEDES DEJAR TU DOLOROSO PASADO ATRÁS

Así, sin más. Porque cada vez que quieras huir de él, algo o alguien te hará sentirte de nuevo igual que cuando eras niña.

Te digo que es absurdo porque yo lo intenté. Me dejé la piel intentando correr sin mirar atrás.

Intentando hacer como si todas esas bromas, toda esa violencia que había absorbido en casa no me afectasen.

ESTABA MUY CIEGA

Tan ciega como esas personas que ven que su relación de pareja no se sostienen.

Y es que no hay más ciego que quien no quiere ver.

Así que me pasé la vida negando lo evidente.

Tragándome mis traumas, mis miedos, mis lágrimas.

Hasta que un día, todo se fue a la mierda y perdí el norte.

EN AQUELLA ETAPA, ME COMENCÉ A MALTRATAR COMO MI PADRE LO HABÍA HECHO SIEMPRE

Me convertí en mi peor enemiga.

Desarrollé un trastorno alimentario, fumaba y bebía muchísimo y todo me daba igual.

Era mi mente que ya no soportaba más dolor y necesitaba evadirse de la realidad.

UN DÍA, APARECIÓ ALGUIEN EN MI VIDA

Que me ayudó a poner los pies de nuevo en la tierra.

Mi pareja me trajo luz y me ha acompañado en todo este camino de convivencia con mis sombras.

Pero, por mucho que él me diese luz. Por mucho que yo diese pasos para avanzar…

Siempre sucedían cosas que me hacían volver a sufrir. Cosas que me transportaban a mi infancia.

Y por mucho que mi vida no se pareciese en nada a la que tuve de pequeña, seguía sintiéndome como esa niña maltratada.

Y por mucho que mi vida no se pareciese en nada a la que tuve de pequeña, seguía sintiéndome como esa niña maltratada.

Necesité experimentar todo aquello para entender que el tiempo no lo cura todo.

Hay heridas muy profundas que necesitan ser sanadas.

Heridas que necesitan atención, cariño y terapia.

Necesitan ser atendidas para poder cicatrizar.

Porque, si no, se infectan.

HAZ AHORA ESTE PODEROSO EJERCICIO GRATUITO

.